Inocencia interrumpida de Susanna Kaysen
Para muchas de nosotras, el hospital era tanto un refugio como una prisión. Aunque nos habían apartado del mundo y de todo el alboroto del que disfrutábamos allá afuera, también estábamos aisladas de las exigencias y expectativas que nos habían enloquecido. ¿Qué se podía esperar de nosotras ahora que estábamos encerradas en un manicomio?
|