El resplandor de Stephen King
Jack había respondido a la confianza del Overlook, y ahora el Overlook respondería a la suya. En los peldaños de la escalera sus pies eran rápidos y ágiles; los pasos presurosos de un hombre que regresa de una guerra larga y cruel. Eran las cinco de la madrugada, hora de las montañas.
|