La niebla de Stephen King
Viejas percepciones. Las del niño que todavía no ha aprendido a protegerse creando en sí esa visión de túnel que excluye nueve décimas partes del universo. Los niños ven cuanto se ofrece a su mirada, oyen cuanto entra en su campo auditivo. Pero si la vida es un aumento de la conciencia (como proclamaba el techado que había bordado mi mujer en sus días de instituto), también es una disminución de las percepciones. El terror viene del ensanchamiento de las percepciones y las perspectivas. Y mi espanto venía de saber que me estaba deslizando hacia regiones que la mayoría abandonamos cuando sustituimos los pañales por el primer pantalón.
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