Misery de Stephen King
El dolor se asemeja a una roca en la orilla de la playa. Mientras se está dormido, es como si hubiese subido la marea y hay algún alivio. Pero al despertar, la marea empezaba a bajar y pronto la roca volvía a hacerse visible, plagada de percebes incrustados, y estaría allí para siempre o hasta que Dios decidiese barrerla con las olas.
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