El visitante de Stephen King
había un hecho sólido como una roca, tan irrebatible como la ley de la gravedad: un hombre no podía estar en dos sitios al mismo tiempo.
|
El visitante de Stephen King
había un hecho sólido como una roca, tan irrebatible como la ley de la gravedad: un hombre no podía estar en dos sitios al mismo tiempo.
|