Claudine en la escuela de Sidonie-Gabrielle Colette
Pero esas dos empollonas siempre salen adelante, ¡Estudian de una manera tan ejemplar! No puedo soportar a las Jaubert, sensatas y modestas. Me las puedo imaginar trabajando en su casa, repitiendo sesenta veces cada ejercicio, antes de presentarse a la clase del jueves, irreprochables y socarronas
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