Claudine en París de Sidonie-Gabrielle Colette
La loca Claudine se reúne en su camita, ¡ya era hora!, con la Claudine juiciosa. Pero esta última se aparta tímidamente, admirativa y respetuosa, ante la otra, que ha ido en línea recta hacia donde el destino la empujaba, sin volverse para mirar atrás, como una conquistadora o como una condenada.
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