El trigo tierno de Sidonie-Gabrielle Colette
Vinca se ruborizó, reclamó para ella sola la vergüenza de amar, el tormento del cuerpo y el alma, y abandonó a las Sombras vanas para reunirse con Philippe en un camino donde borraban sus huellas y sentían que podían perecer por llevar un botín demasiado pesado, demasiado rico y tempranamente conquistado.
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