El trigo tierno de Sidonie-Gabrielle Colette
Él esperó que ella subrayase, que comentase ese hábil, ese insidioso «hoy», suspendido en el aire puro y azul de la noche de agosto. Pero Vinca ya sabía armarse de silencio.
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El trigo tierno de Sidonie-Gabrielle Colette
Él esperó que ella subrayase, que comentase ese hábil, ese insidioso «hoy», suspendido en el aire puro y azul de la noche de agosto. Pero Vinca ya sabía armarse de silencio.
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