El silencio de la noche de Sherrilyn Kenyon
—¿Sabes lo que recuerdo de ti, Stryker? Las últimas palabras que me dijiste. “No hay ninguna razón para que me quede”. Entonces te marchaste de mi casa y nunca miraste atrás. Ninguna razón para quedarte, dijiste... Ninguna. —Estrechó los ojos peligrosamente en él—. Me rompiste el corazón con esas pocas palabras.
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