Aquerón de Sherrilyn Kenyon
[...] una armadura para que no se te acerque nadie. Te gusta parecer un rebelde, dar la sensación de que eres peligroso. Es como si una parte de ti pensara que si le das a la gente motivos para rechazarte, su rechazo no importa porque has sido tú quien lo ha buscado de forma deliberada.
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