Terapia de Sebastian Fitzek
Estaba muerto. Seguía respirando, incluso comía y bebía de vez en cuando y hasta dormía un par de horas al día. Pero ya no existía. Morí el día que desapareció Josephine.
|
Terapia de Sebastian Fitzek
Estaba muerto. Seguía respirando, incluso comía y bebía de vez en cuando y hasta dormía un par de horas al día. Pero ya no existía. Morí el día que desapareció Josephine.
|