La Casa De Los Veinte Mil Libros. de Sasha Abramsky
Eran personas que sentían el peso de la historia –los pogromos de la generación de sus padres, el Holocausto de su propia juventud- y que no creían que la historia les permitiera elegir su más profunda identidad. Eran judíos hasta la médula: no revolucionarios que eran judíos, sino judíos que habían elegido ser revolucionarios. Pág. 229 |