Una corte de niebla y furia de Sarah J. Maas
-Dime qué tengo que hacer -dijo-, dime qué tengo que hacer para ayudarte. -Mantenía el plato fuera de mi alcance. Habló de nuevo como si las palabras que soltaba afectaran a su poder; se le curvaron espolones de humo entre los dedos y se le desplegaron grandes alas de sombras en la espalda-. Hace meses y meses y sigues siendo un fantasma. ¿Allá no hay nadie que te pregunte qué mierda te pasa? ¿No le interesa a tu alto lord?
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