Una corte de alas y ruina de Sarah J. Maas
Pero si esa trama del destino, o del Caldero, o de la Madre decide que hoy no abandonemos ese campo... —Levantó la barbilla—. La gran alegría y el gran honor de mi vida ha sido conoceros. Teneros como mi familia. Y estoy agradecido..., más de lo que puedo decir..., por que se me haya dado todo este tiempo con todos vosotros.
|