Una corte de alas y ruina de Sarah J. Maas
-Y tú eres la alta lady de la Corte Noche. -En realidad lo es. Mi sangre se detuvo ante la voz que venía desde detrás de mu zaron a sonreír. Por el perfume que me golpeó, me despertó. Mis amigos conge Me di la vuelta. Rhysand se apoyó contra el arco que daba a la sala de estar, los brazos cruzados, las alas ocultas a la vista, vestido con sus habitua e inmaculados pantalones y chaqueta negra. Y cuando esos ojos violeta se encontraron con los míos, cuando esa media sonrisa familiar se desvaneció... Mi cara se contrajo. Un gemido quebrado salió de mi boca. Rhys se movió de inmediato, pero mis piernas ya se habían do blado. La alfombra del vestíbulo amortiguó el impacto cuando caí de rodillas. Me tapé la cara con las manos mientras todo el mes pasado se desplomaba sobre mí. Rhys se arrodilló, nuestras rodillas tocándose. Suavemente, me apartó las manos de la cara. Tomó mis mejillas entre las suyas y secó mis lágrimas. No me importaba que tuviéramos público delante cuando levanté la cabeza y vi la alegría, la preocupación y el amor que brillaban en esos ojos notables. Y a Rhys tampoco le importó cuando murmuró: -Mi amor. —Y me besó. Apenas hundí las manos en su cabello, él me alzó en sus brazos y se puso de pie con un suave movimiento. |