Una corte de alas y ruina de Sarah J. Maas
Miré a esos castaños ojos risueños de mirada penetrante. La sonrisa de Cassian se suavizó. —Hola, Feyre. La garganta se me cerró hasta el punto del dolor, y arrojé mis brazos alrededor de su cuello, abrazándolo con fuerza. —También yo te extrañaba —murmuró Cassian, apretándome contra sí. |