Una corte de alas y ruina de Sarah J. Maas
Pero me quedé callada hasta que la luz del sol se desvaneció y finalmente cayó la noche. Las estrellas aparecieron parpadeando, menos brillantes y pequeñas por encima de las llameantes hogueras. las observe durante las largas horas de celebración, y habría jurado que me hicieron compañía, mis silenciosas y firmes amigas. |