Casa de tierra y sangre de Sarah J. Maas
Supo en lo más hondo que no era una alucinación, eso que yacía en su cama, supo en lo más hondo que lo que se desangraba en su pecho era su corazón. Danika estaba ahí. Hecha pedazos. Y al pie de la cama, repartido por toda la alfombra desgarrada y en pedazos más pequeños, como si hubiera muerto defendiendo a Danika… supo que eso era Connor. Supo que el montón justo a la derecha de la cama, el más cercano a Danika… Eso era Thorne. Bryce se quedó mirando. Mirando. Tal vez tiempo se detuvo. Tal vez estaba muerta. No podía sentir su cuerpo. |