Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
Desde esa época empecé a sentir pesar por todas las mujeres embarazadas que veía en la calle. Quería gritarles que todo era una trampa, que los niños son tiernos mientras son niños, pero luego se convierten en seres complejos. [...] Que se consumen a sus propias madres y les generan sentimientos contradictorios que después las harán sentirse mal consigo mismas. Me convertí en una mujer decididamente egoísta. Nunca he querido compartirme con nadie. Estoy haciendo carrera en eso de ser prescindible.
|