En tierras lejanas de Santa Montefiore
Las palabras más poderosas de cuantas había dicho fueron: "Lo siento" ¡Qué palabras tan simples!, pensó. Lo siento: Ocho letras. Aún así ¡qué difíciles de decir con sinceridad! Pero las dijo en serio. Sintió que le salían del corazón y, para su sorpresa, el hecho de pronunciarlas había aliviado parte del dolor, tanto de él como a Colm
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