El Chico de los Ojos Tristes de Samuel Aponte Chevalier
Se vale estar triste, se vale no estar siempre con los ánimos en las nubes, se vale que la gente no me quiera, se vale llorar, caer y también sentirse vacío. Se vale estar perdido en una desmedida desesperanza, se vale no ser perfecto, nadie lo es. Pero a pesar de todo, siempre existen motivos para continuar, porque muy en el fondo sabemos -y queremos- que en un futuro, si es cierto que cada principio tiene su final, llegue el tiempo en que la tristeza se vaya y se instale la alegría, donde las noches no sean tan frías y la luna brille una vez más.
|