El Chico de los Ojos Tristes de Samuel Aponte Chevalier
Cada uno interpreta al amor a su manera. La verdad es que el amor vive en todas partes: en el señor del parque que ofrece una flor a la joven triste en la banqueta, en la señora de la cafetería que prepara el sándwich mejor que mamá, en el chico que perdió todos los trenes solo para irse en el tren de la chica que le gusta y a quien aún no se atreve a hablarle, en la señora que se levanta cada lunes temprano a tomar café con su esposo y sigue con esa mirada fresca de verano como si fuese el primer día, en este joven poeta que escribe estas líneas e intenta ordenar sus emociones alborotadas, y en ti que buscas la magia en otra parte sin darte cuenta que la magia eres tú cada vez que sonríes y contagias a quien está cerca.
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