Poco puedo añadir a la poesía confesional de Sara Olivas en su libro Las manos. Un libro crudo por su contenido, pero bellamente escrito. Con una forma muy narrativa que hace que te enganches desde el primer poema, nos cuenta los duros sucesos que han vivido las mujeres de su familia. Comenzando por “Abuela” a la que le hace un bello homenaje y a la que le dedica la mayoría de los poemas, a ella y a sus manos. «(...) Cuando abuela quedó ciega / sus manos pasaron a sus ojos (...) Abuela nunca me vio llorar / pero me ofrecía el pañuelo / antes de que cayera la primera lágrima.» Pasando también por “Madre”. «(…) Mamá / pocas veces me has besado / porque mi frente lleva escrito / tu abandono. (…) Quién fuera niña hoy para amputar las manos / a quien arrancó tu uniforme bordado y lo ensució / con la misma sangre que os une.» Y por Padre, que es al que menos hojas dedica, aunque aparece en muchos otros poemas. «Aprendí a ponerle nombre a la cosas / nunca llamé papá a Padre» Finalmente acaba con “Yo”. Ella, cuando por fin deja de buscar y se encuentra. «Me miro al espejo / me lavo la cara / y veo en mí las manías de Madre / Cuando conocí a Madre / supe que no quería ser como ella» Solo puedo recomendaros su lectura y recalcar la valentía de Sara y sobre todo su capacidad de hacer de algo tan duro, algo tan bello. Porque no es fácil escribir una realidad y menos, cuando esa verdad te rompe por dentro. + Leer más |