Las nubes sobre la colina de Ryotaro Shiba
Convertirse en soldado significó educarse a si mismo. No escatimó esfuerzos para alcanzar la victoria, pero con toda probabilidad buscó el modo de no tener que usar su espada y hundirla en las carnes del enemigo. Visto así, llevar una espada ceremonial a la cintura que no servía para nada, era un acto de supremo coraje. Un coraje no innato, sino resultado de sus años de formación y entrenamiento.
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