El corazón de Hannah de Rocío Carmona
Junto a la barra descubrió un pequeño escenario con cortinas negras sobre el que cantaba un chico con una guitarra. Aquel era el sonido que la había atraído hasta el bar. La voz grave y matizada del cantante le gustó, aunque su actitud era más bien tímida. Se quedó mirándolo hipnotizada mientras él desgranaba una melodía triste sin levantar la vista de sus botas de cuero. |