Aprendiz de asesino de Robin Hobb
Burrich me miró, arrugó el entrecejo y se dio la vuelta. - No hagas eso- me ordenó enfadado. -¿Qué? - A veces me miras con los ojos de tu padre (...). Bueno, ¿qué pensabas hacer?¿Pasarte el resto de tu vida escondido en los establos? No. Tienes que volver (...), mantener la cabeza erguida y compartir la mesa con el resto de los habitantes del castillo, dormir en tu cuarto, vivir tu vida. |