Ensayos literarios de Robert Louis Stevenson
En este sentido, ningún arte es verdadera: ninguna puede «competir con la vida»; ni siquiera la historia, fundada sin duda sobre hechos indiscutibles, pero privados de su aguijón y presencia; de suerte que aun cuando leemos sobre el saqueo de una ciudad o la caída de un imperio, nos sorprendemos y justamente elogiamos el talento del autor si sentimos que nuestro pulso se acelera. [...], esta aceleración del pulso es, en casi todos los casos, un efecto agradable; que estas fantasmales reproducciones de la experiencia, incluso en su expresión más penetrante, producen un decidido placer; mientras que la experiencia, en el reñidero de la vida, nos tortura y nos mata.
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