Robert Beatty
No te voy a hacer daño, niña - repitió la espantosa voz de ultratumba, como si el hombre no fuese dueño de sí sino que estuviera poseído por un demonio hambriento y enloquecido.
|
Robert Beatty
No te voy a hacer daño, niña - repitió la espantosa voz de ultratumba, como si el hombre no fuese dueño de sí sino que estuviera poseído por un demonio hambriento y enloquecido.
|