El misterio de la bala perdida de Richard Osman
—Hace poco más de dos semanas que os conozco y ya he estado en una tumba con un coronel del KGB, he visto a una ancianita diminuta drogar a un vikingo y he compartido cama con el hombre más guapo de Kent. En los ochenta, les di bastante a las setas alucinógenas durante tres o cuatro años. Una vez tomé LSD en Bratislava con Iron Maiden. Pero nada, nada que haya hecho en la vida, puede compararse a un par de día en vuestra compañía. ¿Qué más estáis tramando?
|