Una razón para respirar de Rebecca Donovan
Su malicia amenazaba con acabar con la cordura que me quedaba y yo gemí de dolor al darme cuenta de lo cerca que había estado de destrozarme. ¿Tenía la fuerza necesaria para impedir que me arruinara la vida? Seiscientos nueve días me parecieron, de repente, cadena perpetua. ¿Me reconocería a mí misma cuando por fin fuera libre?
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