Segunda casa de Rachel Cusk
Incluso a distancia reconocí algo en esa imagen, aunque sigo sin saber decir qué era, porque a pesar de que había oído hablar vagamente de L - sé cuándo ni cómo - no tenía una idea clara de quién era o qué cosas pintaba. El caso es que me llamó: me abordó en esa calle de París y seguí los sucesivos carteles hasta que llegué a la galería y entré directa por la puerta abierta.
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