Diario de una sirena: Ariel I de Rachel Bels
Es digno de admirar un cuerpazo de ordago, y si, me gustan los hombres y si están de buen ver mejor que mejor; no vamos a poner pegas a estas alturas de la vida. Pero ya me conozco lo que se oculta mas alla de ese caucho sintetico y, sinceramente, no me interesa lo mas minimo.
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