Wonder. La lección de August de R. J. Palacio
Llegamos a la puerta de entrada. —Bueno, ha llegado el gran momento, grandullón —dijo papá, apoyándome las manos en los hombros. —Que lo pases bien en tu primer día. Te quiero —dijo Via, y me dio un besazo y un abrazo. —Tú también —contesté. —Te quiero Auggie —dijo papá, dándome un abrazo. —Adiós. Luego me abrazó mamá, pero se notaba que estaba a punto de llorar, y eso me habría dado muchísima vergüenza, así que le di rápidamente un fuerte abrazo, me di media vuelta y desaparecí por la puerta del colegio. |