Piotr Kropotkin
El resto de las leyes, en el fondo, tienen siempre el mismo objeto, es decir, la conservación de la máquina gubernamental, que tiende a garantizar al capital la explotación y el acaparamiento de las riquezas producidas. Magistratura, policía, ejército, instrucción pública, crédito público; todo sirve al mismo Dios: el capital.
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