A Virginia le gustaba Vita de Pilar Bellver
Todos los miedos se curan conduciendo en coche por carreteras desconocidas de las que sólo sabemos que tarde o temprano, porque vivimos en una isla, acaban en el mar. Y, cuando la carretera acabe en el mar, si todavía tenemos miedo del amor que estamos haciendo, lo mejor sería embarcar y seguir viaje. Nosotras sí podemos hacerlo. Las dos podemos.
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