Tres días y una vida de Pierre Lemaitre
Lo que agotaba a Antoine ya no era la culpa, ni el miedo a que lo descubrieran, sino la espera. La incertidumbre. La sensación de que, mientras no se alejara de allí, podía pasar cualquier cosa, su vida podía quedar arruinada en unos segundos. Ahora ya sólo era cuestión de unos meses. Como en las carreras de fondo, los últimos kilómetros, le parecían los más duros.
|