Qué hacer con estos pedazos de Piedad Bonnett
No sabe cómo explicárselo, pero lo que ve en el espejo nunca coincide con la imagen que tiene de sí misma, y mucho menos con la Emilia que se topa en forma fragmentada cuando aparece en una foto de sus treinta o cuarenta años. Cómo no sentir cierto asco cuando ve las estrías del bajo vientre, las rodillas rollizas, la flacidez que ya hace estragos. Atonía.
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