Galerna de Peru Cámara
El Peine del Viento no se componía únicamente de las tres esculturas ferrosas, sino que también disponía de unos pasadizos bajo el espigón por donde el mar entraba y, en los instantes en los que cogía mayor impulso, era expulsado a chorro por un conjunto de orificios perforados en el suelo. Este fenómeno hacía las delicias de los transeúntes, especialmente de los niños.
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