El gran teatro del mundo de Pedro Calderón de la Barca
Viendo estoy mi beldad hermosa y pura; ni al Rey envidio, ni sus triunfos quiero, pues más ilustre imperio considero que es el que mi belleza me asegura. Porque si el Rey avasallar procura las vidas, yo, las almas; luego infiero con causa que mi imperio es el primero, pues que reina en las almas la Hermosura. |