Cuadernos perdidos de Japón de Patricia Almarcegui
Veo por primera vez una grulla. Alarga el cuello para atrapar el cielo. Cruza el río Yawata mientras yo camino de vuelta a casa. Oigo sus alas por encima y la llamo a silbidos entrecortados, con palabras, casi poemas. Entonces, estira su cuello y se gira hacia mi.
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