El silencio de las mujeres de Pat Baker
Que nadie se llame a engaño: esta historia era su historia, la de su cólera, su dolor, su propia historia. Yo también sentía ira, dolor, pero, de alguna manera, eso no importaba. Y allí estaba una vez más, esperando a que Aquiles decidiera cuándo había que irse a la cama, atrapada todavía, inserta dentro de su historia y, sin embargo, sin papel alguno que desempeñar en ella.
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