Las tres heridas de Paloma Sánchez-Garnica
Solo el que lleva la literatura metida en las venas puede alcanzar el extasías casi místico que se produce cuando los dedos se deslizan libres por el folio blanco, cubriéndolo de letras, palabras, frases y párrafos hasta convertirlo en vidas vividas en los personajes que se moldean en su cabeza y que toman forma a través de ese movimiento inconsciente de las manos.
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