Ventanas de Paloma González Rubio
La vida de cada vecino, sobre todo en las plantas bajas, es visible hasta en sus más mínimos detalles. Sus habitantes se esfuerzan por revelar costumbres ordenadas: todas las superficies están pulidas y limpias. No se aprecia nada que pueda considerarse un lujo o una excentricidad que los señale. Las comidas son austeras. Nadie quiere estar en boca de nadie por salirse de la norma, no hay nada que ocultar ni de lo que avergonzarse. Todo está a la vista.
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