Tuyo es el mañana de Pablo Martín Sánchez
A veces pienso que no nos merecemos esta vida que llevamos. Lejos han quedado los tiempos en que estaba prohibida la venta de galgos y solo se nos podía regalar en señal de gratitud y afecto. Hoy nos venden cuando valemos algo y, cuando dejamos de valer, no nos quieren ni regalados. ¡Nosotros, que fuimos los primeros perros sobre la faz de la tierra! ¡Nosotros, que hemos dormido a los pies de reinas y princesas! ¡Nosotros, que hasta salimos en la Biblia! ¿Y ahora? Ahora somos el hazmerreír de la especie, a causa de esa obsesión nuestra por perseguir a una liebre imposible de alcanzar.
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