El León de Aquilonia de Pablo Carnicero de la Cámara
El olor de la estancia era penetrante: una mezcla del sudor de los parroquianos, el sebo de las velas y el hierro que muchos de ellos cargaban en sus cintos.
|
El León de Aquilonia de Pablo Carnicero de la Cámara
El olor de la estancia era penetrante: una mezcla del sudor de los parroquianos, el sebo de las velas y el hierro que muchos de ellos cargaban en sus cintos.
|