Un hombre de Oriana Fallaci
El verdadero héroe no se rinde nunca, y que de los demás no le distingue el gran gesto inicial o la fiereza con que afronta las torturas y la muerte, sino la constancia con que se repite, la paciencia con que sufre y reacciona, el orgullo con que esconde sus padecimientos y los escupe a la cara de quien se los impone.
|