Nada y asi sea de Oriana Fallaci
Y comenzó a hacerme preguntas sobre Saigón. No había estado nunca en Saigón, le parecía muy lejana. -Más lejana que París. -Pero ¿existe realmente París? - preguntó alguien detrás de no-sotros. Un piloto con el casco bajo el brazo. -Claro que existe, señor. ¿No es allí donde preparan la paz? -¿Qué preparan? -La paz. -¿Qué hora es en París? -Déjeme contar, señor. Siete menos seis... Es la una de la tarde. -Ahora te diré yo lo que están preparando en París: la barriga para ir a comer. -Mal dolor de tripas les dé, señor. -Un infarto. Que tengan un infarto. -Eso mismo, señor. |