No estoy segura de que esperaba de “Nocturnos. Textos cortos para leer en la cama” de Ona Vinyamata. Me encantó la portada y según la sinopsis de la editorial Zenith son textos cortos para leer de noche, ya en la cama, “recetas diminutas de sueños”. Esta descripción me atrapó y sabía que lo tenía que leer. Pero no tenía una idea clara de que esperar. Mejor, porque lo que me he encontrado era imposible de imaginar, ha superado todas mis expectativas. 167 textos, cada uno de ellos entra en una página. Algunos de tan solo una línea, otros apenas se contienen en este espacio. Pero todos, sin excepción, provocan una reflexión que va más allá de ese momento que dedicamos a su lectura. En el primer texto, “Tocar la noche” nos encontramos con la explicación del título. Está inspirado por las piezas musicales que llevan el mismo nombre, los nocturnos de Field, Chopin, Mendelssohn o Schumann. Con lo friki que soy de esos detalles se me ocurrió hacer una lista que me ponía bajita antes de leer el texto que tocaba por la noche. Pero confieso que he durado solo 3 días limitándome a leer solo un texto. Quería saborearlos uno a uno, reflexionar sobre cada uno como se merece, pero al final la gula pudo conmigo y empecé a tragarmelos de 10 en 10. Sé que hay muchas personas que dicen que no les van los relatos, que no les convencen los textos cortos. Me gustaría animarlas a probar con “Nocturnos”. Son como pequeñas píldoras de sabiduría, reflexión, un incentivo del tema al que dar vueltas en nuestras cabezas ya en la cama justo antes de dormirnos. Un sustituto de mensajes o noticias cortas encontradas en las pantallas de los móviles. Algo que despierta nuestra imaginación, que quizás nos haga crear nuestras propias historias en la cabeza. Además el libro es como un pequeño volumen de misceláneas: algunas ya las hemos oído en algún momento, pero ahora las veremos de otra forma, otras serán curiosidades totalmente nuevas. La autora tiene una mente brillante, nos atrapa con palabras, nos provoca. Yo volveré a Nocturnos en unos días. Ahora sin esa curiosidad que me empujaba a leerlos con prisa, tomandome mi tiempo, probando solo un bocadito pequeño cada noche. + Leer más |