Pensar como un iceberg de Olivier Remaud
Para los eruditos la etimología es importante. Pero lo esencial es comprender que el "parto" hace del iceberg un ser vivo, materia caliente, no fría. Los pescadores de la época describían el iceberg por actividades que compartía con los mamíferos marinos: nacer en el agua y darse la vuelta. Les liberaban de los cánones del discurso romántico que veía en ellos todos los monumentos del planeta. El iceberg ya no era un objeto de su imaginación desbordada que se figuraban desfigurándolos a golpe de metáforas y analogías. El "parto" seguía siendo una metáfora a los ojos de los lingüistas. Este modo de decir es sobre todo una manera de ser que acerca a los no-humanos, al iceberg y al ballenato. A costa de cierta paradoja, los pescadores hacen entrar a los icebergs en el mundo de la vida. Les hacen animados.
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